jueves, 23 de julio de 2009

De diferencias...

Es curioso queridos bloggeros, que en esta época de "el amor en los tiempos de la influenza" sigamos creyendo en cuentos de hadas.
Lo digo porque ultimamente he escuchado a diferentes personas expresar su lista de regalos para navidad, o lo que es lo mismo, su lista de deseos o cosas en que se fijan para que alguien les interese. ¡Son maravillosas! Comienzan desde la presunción de ser realistas gracias a los previos fracasos (como si cometer un error evitara volverlo a cometer), consolidan el discurso diciendo que NO buscan al principe azul o a su Angelina Jolie (aquí viene lo extraordinario) culminan la disertación diciendo: PERO...
Este pero abre la puerta para enlistar tooooooodas las características o requisitos que el o la candidata deben cumplir para ganarse el favor de nuestros cariñitos. Que si debe comunicarse, ser tierno(a), respetuoso(a), caballeroso (o una dama), inteligente, seguro(a) de si mismo(a), nada celoso(a), etc.
Lo que frecuentemente no pensamos, es que por principio de cuentas, esa lista de requisitos no corresponde a la realidad. Nadie nos dice lo evidente ¡Somos diferentes!
Estas diferencias no solo se refiere a la genitalidad; nuestros cuerpos estan llenos de sustancias diferentes, nuestras hormonas son diferentes, nuestros cerebros son diferentes. Toda esta serie de diferencias condicionan el hecho de que pensemos, sintamos y actuemos de esa forma: ¡Diferente!
Ninguno es mejor que el otro, simplemente nuestros cerebros estan preparados o "especializados" para realizar tareas diferentes. El cerebro femenino esta diseñado para percibir al mundo de manera simbólica (soñadora y metafórica). El masculino esta diseñado para ser pragmático (asumir los eventos de forma práctica y concreta).
La pregunta es ¿Cómo pedirle a una mujer, que no fantasee y que asuma el mundo de forma práctica? ¿Cómo pedirle a un hombre que sea romántico y use lindas metáforas para conquistar a una mujer?
No quiero decir que sea imposible o que no suceda, hay personas capaces de lograrlo, sin embargo, no son el común o el grueso de la población. De este punto surgen dos nuevas preguntas. La primera es ¿Por qué algunas personas si son capaces de entender el mundo simbólico de una mujer o el mundo pragmático de un hombre? y la segunda es ¿Por qué estamos buscando un ideal alejado del mundo real y tangible? ¿No sería mas sencillo buscar algo real y aceptar las diferencias, en lugar de querer que las cosas se hagan a nuestra manera?

Como pueden imaginar, este tema de las diferencias tiene muchísima tela para cortar, y asi lo haremos...
Seguimos en contacto.

martes, 21 de julio de 2009

De teorías psicológicas...

En la psicología, como en la vida misma, hay gran cantidad de interpretaciones o formas de entender la realidad; desde las que ponen etiquetas para clasificar a las personas en diferentes categorías o bajo nombres de enfermedades, las que proponen acosejar a un paciente, las que estan totalmente en contra de aconsejar y proponen que todo el tratamiento se base en realizar preguntas, hasta los modelos que estan en desacuerdo con ponerle a la persona una etiqueta de enfermo, y solo es abordado como una persona con problemas a resolver.
Generalmente, los psicólogos somos educados para asumir y especializarnos con una "escuela" o corriente ideológica que defina, delimite y sustente nuestra actividad profesional. Desafortunadamente, al especializarnos en una visión de las cosas, despreciamos al resto de visiones o posibilidades de entender la naturaleza de un problema desde una óptica diferente. Esto es importante ya que nos conduce ante una diferencia entre el ser y el deber ser.
En medicina, una de las reglas de oro es: "No existen enfermedades, si no enfermos" y esta regla no es más que un reconocimiento de la individualidad; de que una enfermedad no se comportará exactamente de la misma forma en dos personas diferentes, por eso, por que son diferentes.
Esta regla es también parte fundamental de la psicología. Se debe trata a los pacientes como individuos con necesidades, conocimientos e historias diferentes, ya que esas historias van a condicionar la forma en que la persona conoce o entiende al mundo que lo rodea, incluso a su mundo interno, especificamente, sus problemas o "enfermedad".
Lo paradójico, es que como psicólogos, usamos la "escuela" o la explicación de las cosas que hemos aprendido para abordar la problemática de la persona que nos consulta y en efecto, tomamos en cuenta la situación particular o individual de la persona, su historia, creencias, etc. Sin embargo, le pedimos a esa persona que se adecue a las respuestas que nuestra teoría puede dar; desdeñando la posibilidad de que nuestra teoría, no encaje con las necesidades individuales y específicas de nuestros pacientes.
Somos especialistas en una teoría y le ofrecemos a los pacientes el tipo de respuestas que esa teoría ofrece. Eso somos, sin embargo ¿No deberíamos buscar entre las diversas teorías o explicaciones, la que ofrezca las respuestas más adecuadas a las necesidades de nuestros pacientes?
En otras palabras, usualmente no establecemos una relación de pareja con alguien de quien "solo nos gustan sus ojos" porque a la larga, no solo necesitamos que nos gusten sus ojos ¿No?
Necesitamos alquien que nos comunique, que sea nuestro complice, en fin, que nos satisfaga o llene más. Creo que es lo mismo con la actividad del psicólogo. Deberíamos brindar al paciente la respuesta específica a sus necesidades, sin importar el corte, o la teoría de donde provenga, por lo que, el psicólogo debería tender más a la "universalidad" al manejo de diversas teorías, que a la especialización en una visión "parcial".
¡Espero sus comentarios!
Seguimos en contacto.

lunes, 20 de julio de 2009

¡Bienvenidos!

Heráclito, un antigüo filósofo griego propuso que el orgien de todas las cosas es el fuego.
En realidad, no se refería a que mágicamente aparecieran cosas de una fogata; esas son ideas más dignas de Harry Potter y su caliz de fuego. Se refería mas bien a que las cosas, la naturaleza, los humanos mismos, estamos en un constante proceso de cambio. Esta idea se ve resumida en la conocida frase "Todo fluye, nada permanece".
Los seres humanos a lo largo de nuestra vida cambiamos incesantemente. Cambiamos de forma de vestir, de parejas, incluso de ideas. Desafortunadamente, no siempre estamos preparados para enfrentar esos cambios.
Usualmente estamos tan inmersos en nuestro propio mundo, en nuestras ideas, pensamientos y sentimientos (en entender ese proceso de cambio), que nos olvidamos de escuchar, incluso, olvidamos hablar sobre lo que es importante para nosotros.
Es aqui donde la ayuda de un terapeuta se vuelve crucial; para auxiliarnos en el arduo trance de cambiar; que esos cambios se conviertan en evoluciones y no en zanjas que nos mantengan atrapados en una forma de pensar, en un momento de nuestra vida.
Este espacio que ahora les propongo, espero se consolide como un huequito cibernético donde encuentren respuestas a sus inquietudes, a sus preguntas, a algunas de sus necesidades.
Mi propuesta es que paulatinamente vayamos abordando diversos temas relacionados a la psicología y obviamente, a los problemas cotidianos. Desde temas referentes a la pareja, a la vida sexual, a las emociones, hasta alguna que otra enfermedad que quizá se relaciona de alguna forma con nosotros, ya sea que nosotros o alguien cercano la padezca.
En fin, bienvenidos a este espacio que desde ahora, es mas suyo que mío.
¡Pásenle, ponganse cómodos!